
Los colores de la historia, de la vida que no tienen, de la razón que se pierde.
Una nueva mentira, otra necesidad y los nuevos aspectos de mi postura tipicamente contemplativa.
Me mira, se acerca y dejo que lentamente todo vuelva a lo que nunca dejo de ser. Porque al final, nada deja de serlo hasta que lo decidimos. Y ellos no son valientes, no tienen fuerzas ni las requieren, ni las prestan.
Tildes, verbos, las conjunciones copulativas que no copulan, no como deberían. Los recursos literarios que ya no me convencen y la simpleza que busco en cada frase, me dan la pauta, me dicen que dejé de creer tiempo atras en todas mis invenciones estrafalarias.
Proyectos, metas, acertijos y promesas incumplidas que solo recuerdan el ruido de los dias que no pasan, que insisten de forma indicativa y acelerada.
El modus operandi de tus planes, tus maléficos planes de conquista. Un conquista poco concurrida, un añoranza poco soñada, el quorum por inercia, las sonrisas mal gastadas. Estas lágrimas que dicen que Sabina sabe, que por ser piadosas no dejan de ser mentiras.
Vago el romanticismo que te trajo, silencioso y no por eso más romántico. Inexperto, me atrevería. Poco creible, poco apreciable.
Silencioso y no por eso menos mentira.
Silencioso y no por eso menos mentira.